¿Qué significa la palabra Iroko?

Iroko es una palabra de origen yoruba que significa literalmente "Árbol grande". Este árbol es conocido científicamente como monteguea y es muy popular en algunas regiones de África. En la cultura yoruba, el iroko es considerado un símbolo de resistencia, longevidad y sabiduría.

El árbol de Iroko puede alcanzar alturas impresionantes y su madera se utiliza para la construcción de casas, barcos y muebles. También se le atribuyen propiedades espirituales y rituales en algunas tradiciones africanas. En la religión yoruba, el árbol de Iroko se considera la morada de los espíritus de los ancestros.

En la cosmogonía yoruba, el árbol de Iroko se asocia con la deidad Orisha Olokun, venerada como la divinidad del mar y la profundidad del océano. En la santería, el iroko es considerado un intermediario entre el cielo y la tierra, un signo de estabilidad y conexión con lo divino.

¿Qué árbol es el iroko?

El iroko es un árbol de gran tamaño que crece en África tropical y que pertenece a la familia de las meliáceas. Su nombre científico es Chlorophora excelsa, y es conocido por su madera resistente y duradera.

Este árbol puede alcanzar alturas de hasta 50 metros y tiene un tronco recto y cilíndrico, con una corteza rugosa y de color gris claro. El iroko es apreciado por su madera de color amarillo dorado, que es utilizada en la construcción de muebles, embarcaciones y suelos.

Además de su utilidad como material de construcción, el iroko es valorado en la medicina tradicional africana por sus propiedades curativas. Las hojas, la corteza y la resina de este árbol son utilizadas para tratar una variedad de dolencias, desde problemas digestivos hasta afecciones de la piel.

¿Cómo tratar Iroko?

Para tratar Iroko adecuadamente, es importante tener en cuenta que se trata de una madera muy resistente y duradera, ideal para su uso en exteriores.

Un aspecto fundamental en el cuidado de Iroko es protegerlo de la humedad. Se recomienda aplicar un sellador o barniz especial para exteriores que ayude a mantener su estructura y color originales.

Además, es importante limpiar el Iroko regularmente para mantenerlo en óptimas condiciones. Se puede hacer simplemente con agua y jabón neutro, evitando el uso de productos químicos agresivos que puedan dañar la madera.

Otro aspecto a tener en cuenta al tratar Iroko es protegerlo del sol directo y de los cambios bruscos de temperatura. Se recomienda aplicar aceite especial para maderas tropicales al menos una vez al año para mantener su resistencia.

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